El correcto lavado de manos es clave en la prevención de enfermedades

Salud 14 de octubre de 2022 Por Distrito AD
Muchas de ellas se transmiten por falta de higiene de las manos o por lavado incorrecto. Las recomendaciones apuntan a dedicar atención a este tema, tanto en el ámbito sanitario como en el hogareño.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) instituyó el 15 de octubre como Día Mundial del Lavado de Manos, dada la importancia de su correcta higiene para prevenir enfermedades o complicaciones, tanto en el ámbito hogareño como en el hospitalario.

Desde el Programa de Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud destacan el hábito de la higiene de manos, ya que puede reducir las diarreas en un 30% y las infecciones respiratorias agudas hasta en un 20%.

Durante la pandemia de COVID-19, el hábito del lavado de manos aumentó significativamente a nivel mundial. También se observó que las personas usaban con más frecuencia jabón y desinfectante para lavarse las manos (en lugar de enjuagarse las manos sólo con agua). Ahora, resulta fundamental que este hábito sea sostenido en el tiempo para continuar protegiendo la salud.

La campaña de la OMS para este año se realiza con el lema “Únete a la seguridad de la atención sanitaria: límpiate las manos”, con lo que se continúa instando, a no desatender esta recomendación y convertir la higiene de manos en un hábito cotidiano y toda vez que resulte necesario.

El correcto lavado

Las manos deben lavarse con agua y jabón

  • Antes de preparar alimentos

  • Antes de comer

  • Después de usar el baño

  • Después de cambiar pañales

  • Después de sonarse la nariz, toser o estornudar

  • Después de haber tocado animales y alimento o excremento de ellos

  • Después de manipular basura

  • Antes, durante y después de manipular alimentos

  • Antes y después de atender a un enfermo.

  • Procedimiento para la correcta higienización de las manos

Se debe frotar el jabón en las manos mojadas hasta que haga espuma, cubriendo dorso, entre los dedos y debajo de las uñas.

La frotación debe hacerse por un mínimo de 20 segundos, tras lo cual se debe enjuagar bien con agua corriente limpia y secar con toalla limpia, preferentemente descartable.

Si no se dispone de agua y jabón y las manos no están visiblemente sucias, se puede usar alcohol en gel.

Si se usa desinfectante, se debe aplicar el producto en la palma, frotar sobre toda la superficie de las manos y entre los dedos, hasta que el producto desaparezca y la piel esté completamente seca.

Manos limpias salvan vidas

En el Día Mundial del Lavado de Manos se busca generar conciencia colectiva sobre la importancia de adoptar un hábito que puede salvar vidas.

La Organización Mundial de la Salud reconoce el lavado de manos como la manera más efectiva de evitar la propagación de enfermedades.

En este sentido, se destaca que es imprescindible enseñar a los niños a adoptar el hábito de la higiene de manos, ya que los aprendizajes en edades tempranas perduran a lo largo de la vida.  

Se considera que los niños constituyen el segmento social más energético, entusiasta y abierto a nuevas ideas, por lo que pueden actuar como agentes de cambio y transmitir lo que aprenden a otras personas del ámbito familiar o comunitario.

También se recuerda que:

  • Lavarse las manos solamente con agua no es suficiente. Lo aconsejable es hacerlo con agua y jabón, que facilita la frotación, disuelve la grasa y elimina la suciedad donde se encuentran los gérmenes.

  • Se debe cubrir las manos húmedas con jabón y frotar toda la superficie, incluidas las palmas, el dorso, entre los dedos y especialmente debajo de las uñas. Este proceso no debe durar menos de 20 segundos.

  • Luego se debe enjuagar con agua y secar con tela limpia o agitando las manos para que se sequen con el aire.

  • Lavar las manos con agua y jabón ayuda a prevenir neumonía y enfermedades diarreicas, que son las principales causas de muerte infantil en todo el mundo.

  • El correcto lavado de manos también previene infecciones cutáneas, de los ojos, parásitos intestinales, gripe, síndrome respiratorio agudo grave, etc.